Hace tiempo que ando pensando en una solución a todos los problemas que tiene nuestro país. Desde niño siempre pensé que el mejor lugar del mundo era Bolivia. Filosofaba al respecto, argumentando que gracias a las costumbres que se tienen, que hacen que Bolivia permanezca en un permanente atraso económico, provocaba que no hayamos apropiado costumbres dañinas que se hacen evidentes en países del primer mundo. Ahora de alguna forma, sigo creyendo lo mismo.
Aprecio el enfasis que se le da a la familia como célula indispensable para funcionamiento de la sociedad y la relación intrínseca entre nuestra cultura y el alcohol, como una forma de compartir y vivir.
Yo he llamado a esta época, como el fracaso de la “clase media”, y no tiene nada que ver con nuestro actual presidente, sino con la incapacidad y falta de líderes de la clase media, con educación sólida, valores firmes y compromiso con su país, que sean incorruptibles como una forma de vida y que no intentan aprovecharse bajo ninguna circunstancia de la situación. Porque lo correcto es siempre lo correcto y no puede ser de otra manera, y va a ser correcto aquí o en cualquier parte del mundo.
Y es que pienso, que no existe otra forma de gobernar este país sino es mirando a todo el pueblo que se gobierna como a unos hijos. Algunos estarán de acuerdo con lo que esta haciendo, otros, tal vez no, pero como dicen los padres, “todos son mis hijos y a todos los quiero por igual”, y por lo mismo hay que comprender a todos, sin perder el respeto y el cariño a cada uno de ellos.
De niño siempre creí que en el mundo existía un macabro equilibrio. Que existían personas buenas y también malas o que habían personas que eran correctas y otras que no, o personas que ayudaban a los demás, sacrificando incluso su vida y otras que no. Desde el comienzo me di cuenta que yo no era de los que estaban en el lado de los malos, pero tampoco que tenia el suficiente coraje de pertenecer al de los que ofrecen su vida por los demás, me desenvuelvo aun, como decía Hermann Hesse, en la tibieza de la burguesía, pensando a veces que son otros y no yo, los que tienen que solucionar los problemas y que siempre habrá otro que hará las cosas que estoy dejando de hacer.
Las cosas tiene que cambiar, y la única forma es, comenzar por uno mismo y aunque uno no haga la diferencia, por algún lugar se empieza. Tal vez digan que un grano de arena no hace un desierto, pero el grano mientras este seguro de que es lo mejor ser grano, estará ahí firme y convencido y lo mejor con la seguridad de convencer a los demas de seguir su causa, así que: ¿De que lado esta tu?
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